Este fue el título del disco más
popero de un grupo noise, The Jesus and Mary Chain, que hoy he
vuelto a escuchar tras decenios. Es un buen disco. A veces pienso que los
discos que uno ha escuchado, en realidad, siempre están dando vueltas en la
cabeza, y que oírlos depende de la posición en la escala emotiva que ocupe cada
LP. Pero sonar, siempre suenan.
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